Deriva en Azcapotzalco (Segundo día)

DERIVA / Recorrido guiado
Con el apoyo y la participación del Módulo de participación ciudadana y la vinculación con personal de educación y turismo de la Alcaldía Azcapotzalco (Hormibus)

Profesor y Narrador oral Ricardo Molinero
Mariana Álvarez (Museo Azcapotzalco)
Vicente Canderalaria (Archivo Histórico)
Natalia Barocio (Cantante invitada)

Dentro de las actividades de vinculación e intervención comunitaria del equipo “Lo chido de mi barrio”, conocimos al profesor Ricardo Molinero, quien muy generosamente nos ha compartido no sólo su tiempo sino incluso material escrito de referencia en el tema de “leyendas” tradicionales de Azcapotzalco. Viendo nuestro interés en explorar el territorio, nos hizo una invitación a participar en el recorrido del “tranvía-hormibus”. La invitación se hizo abierta, se convocaron a los vecinos e interesados para hacer el recorrido, se fijó la fecha del Martes 1ero de Octubre como el día para hacerlo.
Visitamos tres puntos:
- El centro de Azcapotzalco, específicamente  el Archivo histórico
- San Juan Tlihuaca. Un recorrido por sus calles, su iglesia, su atrio y sus alrededores}
- Museo de Azcapotzalco. Un paseo por la historia

Archivo Histórico- Casa de bombas 

La deriva comenzó en este punto (*Para saber más de este espacio, consultar este mismo texto, en el apartado “Archivo Histórico) Tuvimos un recorrido para  personalizado donde además de conocer el espacio, fuimos presentadxs al personal que ahí labora. Se nos explicó que como parte del proyecto de turismo y educación de la Alcaldía se organizan recorridos por todo Azcapotzalco a grupos que se conformen con interesados o incluso con grupos que así lo soliciten para conocer “pueblos originarios”, “leyendas tradiconales” etc. 

Son actividades gratuitas. que se acompañan por una cantante en vivo y se hacen a bordo del “hormibus”, un camión que simula un tranvía. Se nos explicó también que décadas atrás este primer cuadro de Azcapotzalco o centro histórico era transitado precisamente por tranvías, el tiempo hizo que desaparecieran, pero con esa inspiración en mente es que se planeó este “dispositivo” de transporte, un poco como homenaje al pasado y un poco como rescate histórico simbólico de un referente colectivo.

Los trayectos - Guia y canto 

“Ódiame por piedad, yo te lo pido…

¡Ódiame sin medida ni clemencia!

Más vale el odio que la indiferencia.

El rencor hiere menos que el olvido.”

"Ódiame" es un tema del compositor peruano Rafael Otero López, quien se basó a su vez en el poema de Federico Barreto titulado "Último ruego". Esta fue una de las muchas canciones que acompañó nuestro recorrido por las calles de Azcapotzalco en el Hormibus en voz de la cantante Natalia Barocio, una gran iniciativa darle estos detalles a un recorrido turístico, desde luego armonizan la atmósfera del grupo. 

El narrador oral Ricardo Molinero, fue dándonos a lo largo del recorrido datos históricos y anecdóticos de diferentes espacios, fechas históricas, imaginarios colectivos, etc. El “hormibus” resultó ser un transporte bastante agradable; muy limpio y en buen estado, espacioso y cómodo. Hace desde luego que la visita se convierta en una experiencia placentera y positiva. Es una actividad gratuita para todo el público !Aprovechémosla!

San Juan Tlihuaca- Leyendas 

Uno de los puntos “fuertes” del recorrido es la narración oral performática de leyendas tradicionales a cargo de Ricardo Molinero.  Ese precisamente fue uno  de los factores que nos motivó a participar en esta deriva. Las “leyendas e historias de familia” forman parte de nuestro punto de partida para el desarrollo de actividades en el territorio. Nos interesa conocer esos imaginarios que rodean no sólo a los habitantes de esta zona, sino sus cotidianidades, sus construcciones simbólicas, etc. Las leyendas e historias siempre son el sustento de la palabra misma, de los vínculos afectivos y por lo tanto la base de las dinámicas sociales. 

“El jarro de sangre” e “Historias de nahuales” son dos leyendas que nos presentaron en el recorrido. Se hace una pausa. Suena una música de fondo y el monje que nos guía anuncia el comienzo de una historia. 

¡Hay sangre! ¡Hay muerte! ¡Fuego: una bruja arde!

 ¡La noche y su misterio! ¡Las calles vacías mientras las campanas suenan! ¡Una criatura de miedo recorre las calles en busca de víctimas! ¡Vigila mujer, vigila!

El emplazamiento de San Juan Tlihuaca está situado dentro de la localidad de Azcapotzalco, en la alcaldía de Azcapotzalco, en la CDMX.  Es un “pueblo originario”, lo que significa que fue fundado en épocas anteriores a la conquista mexica, por el pueblo tepaneca.“Se conserva la traza urbana de origen prehispánico con estrellas calles sinuosas”

Su nombre, en náhuatl, significa “Lugar de lo negro o donde habita lo oscuro”. A través de nuestras investigaciones, y hablando con sus habitantes se dice que esta aproximación a la razón de nombrar el territorio ha cambiado con el tiempo dependiendo de la perspectiva de quién lo hace. Algunos dicen que la razón radica en el color oscuro/negro de su tierra, muy fértil y buena para la siembra. Otros nos han contado que este pueblo era famoso en la era precuahutémica por ser hogar de curanderxs que sabían el arte de la herbolaria; así, la identidad de cada barrio era definida por sus oficios. Por ejemplo,  barrios vecinos eran especialistas en el arte plumario como es el caso de San Miguel Amantla. Este territorio (Azcapotzalco) fue  famoso por sus orfebres  que trabajaban para el mismo Moctezuma, e incluso en la  época colonial estas actividades conservaron su tradición en actividades metalurgistas y orfebres, se fundió plata y bronce para fabricación de campanas, ollas, artillería, etc. 

Con la llegada de los españoles, y con la caída de Tenochtitlán, las prácticas tradicionales de los nativos fueron segregadas y estigmatizadas, más allá del paganismo. Se habló de un culto a lo satánico, todo bajo el yugo  férreo de la moral cristiana. Por eso no es de sorprender que  a este pueblo de curanderxs se le diera el mote de brujos, y “El lugar de lo oscuro” fuera entendido como un lugar dónde se practica la brujería. Se asoció entonces a “lo negro” con “lo malo”... Dando un nuevo significado al origen del nombre “Tlilhuaca” “hechicería y magia negra”, Y así llegamos a la actualidad. Un nombre cargado de historia. Pero no es sólo un nombre  lo que nos llega, sino una realidad de un territorio a explorar y a resignificar.

Visitando la Iglesia de San Juan Tlilhuaca les presentamos algunos datos generales de este espacio. “Según el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos del INAH, el templo dedicado a San Juan Apóstol y San Juan Bautista data en su construcción más antigua del siglo XVI. Contaba con capilla, casa y escuela de religiosos. a fines del siglo XVI el virrey Álvaro Manrique mandó derribar la construcción anterior y entonces se edificó en el siglo XVII la nueva iglesia, con fachada de piedra labrada y muros de piedra y aplanado, y cubierta con bóveda y cúpula circular. En el siglo XVI, los padres del convento de Azcapotzalco erigieron en el lugar una pequeña capilla y altar de madera dedicados a la imagen de la Virgen, la cual que trajeron en andas y en peregrinación desde la iglesia mayor, debido a que bajo los ahuehuetes había un manantial que se creía estaba encantado y del que nadie podía beber. Un sacerdote conminó a los asistentes a que ahogaran con tierra y piedras el manantial hasta taparlo, porque según en este lugar habitaba "el malo". con esto, se tapó el manantial y se acabó el encantamiento de los ahuehuetes.

Es una lástima que no se preserven los manantiales y ahuehuetes de la zona que por décadas sirvieron de ecosistema y paisaje a este territorio, ahora sólo viven en el imaginario colectivo  y sin embargo siguen estando presente en el imaginario simbólico y sigue “significando” para sus habitantes.

 *Este tema de Ahuehuetes y manantiales será tocado en “Memorias de nuestras calles” Taller/dispositivo que se activará en el territorio: Tezozomoc, La preciosa, Petrolera, San Juan Tlihuaca, Pasteros y barrios vecinos a la glorieta de los ahuehuetes. 

Museo de Azcapotzalco. Del pleistoceno al Siglo XX

“El recinto alberga más de 400 piezas arqueológicas, en su mayoría localizadas durante las excavaciones hechas en la demarcación. Entre las que destacan figurillas de barro, sahumadores, bezotes, orejeras, cuentas de collar, silbatos, puntas de lanza, vasijas, un molar de mamut, fotografías, documentos y pintura mural, que dan cuenta del devenir histórico de Azcapotzalco desde la época del Pleistoceno hasta el siglo XX. 

“Se trata de un espacio que fue cuartel de policía y bodegas, y que ahora recoge la historia de Azcapotzalco, donde los visitantes podrán conocer vestigios del Pleistoceno, cuando habitaban mastodontes y mamuts, también evidencias de ocupación agrícola temprana correspondiente al año 800 a.C., y de la presencia tepaneca en este sitio y sus alrededores, así como de la cultura mexica que hegemonizó gran parte de Mesoamérica”

Así se lee en los principales artículos online que hablan de la re-inauguración de este recinto. El cual comenzó su viaje para convertirse en museo en el año 2000, pero no fue hasta el año 2018 cuando de nuevo, bajo la Administración del Dr Pablo Moctezuma este espacio es lo que hoy apreciamos en el recorrido por sus pasillos; EL Museo de Azcapotzalco. No es poca cosa tener un museo “regional” con piezas originales, con una curaduría coherente que destaca los eventos y hechos históricos más relevantes de la zona. Resulta de gran valor tener estos espacios ganados dónde acudir para comenzar investigaciones, o incluso tener una referencia ancla de la historia.

Se trata de no perder esta información, pero sobre todo de convivir con ella en nuestras cotidianidades y sin duda incorporarla en la medida de lo posible en nuestras dinámicas sociales actuales; la historia pasada vive en el presente, y somos nosotros, desde nuestros cuerpos que la contamos. ¿La herencia tepaneca vive en los habitantes de azcapotzalco? ¿Su resistencia y valor siguen vivos en nuestras historias contemporáneas? ¿cuál es el verdadero legado histórico de estos pueblos originarios?

Como parte de nuestra visita al Museo tuvimos la suerte de tener de guía a un “profesor chiflado” personificado por el profesor Ricardo Molinero. De su mano, recorrimos la historia, desde la réplica de mamut que nos recibe en la entrada hasta la historia indígena del territorio. La historia de Tezozomoc, uno de los emperadores más ilustres, la triple alianza, los ritos, tradiciones y estilo de vida de sus habitantes en la época precuauhtemica. Todo se fue desarrollando de manera progresiva, llevado con humor pero sin dejar cierto rigor de investigación de lado.

¡Un páramo sembrado de Ahuehuetes! ¡Ojos de agua, manantiales que hace fluir ríos que cantan para reunirse con los grandes lagos del valle de México! ¡Hormigas cargando maices! ¡Una pirámide! !La iglesia construida sobre las ruinas destruidas! 

¡La historia de Azcapotzalco!

Referencias Bibliográficas consultadas para mayor entendimiento del territorio visitado

-Junto al Agua / San Juan Atenco

Maria Elena Solorzano -Poeta y cronista de Azcapotzalco-

Primera edición 2018, Delegación Azcapotzalco, CDMX /Distribución gratuita

-Tlacuilos Tepanecas

Consejo de la crónica de Azcapotzalco

XVIII Encuentro de cronistas de Azcapotzalco (19,20,21 de Abril 2018)

MEMORIA Primera edición 2018, Delegación Azcapotzalco, CDMX/ Distribución gratuita

-690 años de la Ciudad de México

Memoria del 1er Congreso de Crónica

Organizado por la asociación de Cronistas del DF y zonas conurbadas, A.C

Ma. Elena Solorzano Carbajal

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Hugo Arturo Cardoso Vargas

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